domingo, 25 de noviembre de 2012

Un perro muerto


Iba deambulando en mi día libre, con el sol languideciendo ante las grises nubes que poco a poco acolmataban el cielo serrano, de pronto me detuve por un momento ante el semáforo y no pude evitar contemplar ante mi la figura yaciente de un perro muerto; cualquiera diría que era un perro mas, cualquiera podría decir que era solo un animal muerto mas de los tantos que hay a diario, y la gente como siempre caminaba impávida siempre presurosa, a pesar de ser domingo pareciera que la gente esta con mas prisa aun, tal vez porque el domingo se hace corto y el que menos desea aprovecharlo al máximo antes de volver a sus trabajos cotidianos de los cuales mucho de por si ya están hastiados; pero decidí aprovechar mi domingo solamente en ese instante viendo aquella escena, y me puse a pensar en los muchos otros animales que había visto morir delante mio, o en los muchos cadáveres animales  que había visto a lo largo de mi vida.

Me di cuenta que a diferencia de muchos otros este animalito parecía estar tranquilo, parecía tener a pesar de su aparente muerte violenta una expresión de tranquilidad, quizás porque en su piel con poco pelaje se notaban marcas antiguas de abusos, como si alguien hubiese disfrutado de maltratar a este ser indefenso en su naturaleza; parecía tener esa expresión como de paz, posiblemente porque a través de su muerte hablaba paz a una vida de perro, esa vida de amigo fiel muchas veces ignorado, pero sigue ahí fiel al pie del amo, muchas veces maltratado pero sigue ahí al pie del amo, la vida de aquel animal que de verdad se conforma con unas migajas y esta siempre para dar la alarma, que espera siempre el regreso de su familia, aunque ellos ni caso le hagan al volver a casa.
Es triste ver como animales tan leales terminen en una cuneta, un basural o simplemente en un rincón cualquiera olvidados e ignorados; pero como existe la justicia (aunque se de formas menos esperadas) siempre hay gente que muere peor que cualquier perro, muchos por que nunca dieron valor a su propia vida o porque simplemente nunca dieron valor a la vida de los demás, y quien sabe en medio de todas esas historias de tragedias humanas hubo en medio un perro agonizante clamando justicia. O al menos eso quiero creer(y al final hallaron justicia).

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